De Calçots y arepas por Barcelona antes del ‘caloret’
En los meses que preceden al ‘caloret’ es típico en Cataluña tomarse una calçotada; que vendría a ser para los catalanes lo que para los castellanos es una parrillada, o para los valencianos una torrada o para los vascos… un aperitivo antes de comer. En definitiva: un abundante surtido de carne y productos de temporada sobre una buena brasa.
Lo que hace diferente a la calçotada son los calçots (emoticonos de aplausos): un tipo de cebolla, que se da en las ultimas semanas de invierno; por lo que si visitas Barcelona en febrero encontrarás un montón de restaurantes, generalmente de interior, que te ofrecen un menú con este nombre, en donde por 25-40 € aprox. tendrás calçots ilimitados (hasta que te hartes… y te hartas, porque no deja de ser una cebolla asada), que vienen asados, muchas veces sobre una teja común.
Mi ultima calçotada fue a mediados de febrero y, aunque yo recomiendo ir fuera de la ciudad, como estábamos sin coche la tomamos en el barrio de Gracia, en el restaurante El Disbarat (calle Montseny, 14). Y no estuvo mal. Especialmente rico el romescu, que es la salsa en la que untas los calçots y luego te los llevas a la boca alzando la mano, al estilo de cómo se comían ‘los visitantes’ a las ratas en la serie V (comentario apto para los nacidos en los 70 o principio de los 80).
Por esta razón, en la mayoría de los restaurantes, con la calçotada, te ‘visten’ un babero, para evitar que te llenes de salsa toda la ropa (en mi caso, ni con eso). Bueno, y además de calçots, no os preocupéis, que con el menú viene un buen surtido de carne a la brasa: cordero, ternera, y, como no, butifarra, de la que soy muy fan (de la cruda). Un buen sitio para comprar: la butifarrería Santa María, en el barrio gótico, que lamentablemente no vende on line, sólo recoge pedidos; aunque en páginas como mumumio, la puedes encontrar para recibir con envíos en frío en cualquier punto de España).
***
Además de los calçots, el fin de semana dio para más; y lo acabamos tomando arepas (muy pronto, en todas las convenciones de Podemos). Y es que lo bueno que tiene Barcelona es que puedes volver una y otra vez, y siempre te encuentras algo nuevo como esta arepería en el barrio gótico, llamada La Taguara. Muy bien decorada y con una buena variedad de arepas.
¿Y que son las arepas? pues una especie de pan circular típico de Venezuela, hecho con harina de maiz, que se puede comer frita, cocida o asada y que rellenas por dentro con diferentes productos: jamón y queso; carne mechada, etc. etc… La frita, la mejor; para mi gusto.
El producto de La Taguara estuvo bien, pero claro, cuando has probado las arepas de mi hermana Pili (que lleva haciéndolas más de 30 años, 10 de ellos en Venezuela), hay pocas que pueden igualarla.
***
Y poco más de sí dio este viajecito. Aunque habrá más.
Como postada; esta curiosidad: la del extraño caso del jamón viajero. Visto en un restaurante cerca del Camp Nou, en cuya carta el jamón ibérico de Salamanca se convierte en un ‘Jabubo Ham from Salamanca’, cuando se traduce al inglés. 2 denominaciones mejor que una.
Leave a Reply
Want to join the discussion?Feel free to contribute!