Recordar
Por unos segundos miró la sopa. Una sopa muy normalita… más bien un caldo preparado al que añadió unos fideos gruesos. Nada que ver con las que Ella le hacía.
Y allí estaba en su cocina, como un autómata, ofreciéndole una cucharada tras otra, mientras Ella, ausente, mantenía su mirada fija en el viejo reloj. ‘tic-tac’, ‘tic -tac’ ‘tic-tac’ Así sonaba, día tras día, más o menos cien veces, hasta que no quedaba una gota que llevar a su boca. Leer más →
Comentarios recientes